Publicado por Cine80s
2 marzo, 2009
No me cabe ninguna duda de que en los 80 el cine de género fantástico vivió su mejor momento, sin duda alguna, disfurtando de un éxito masivo de público. Películas como “Cristal Oscuro” (1982), “Krull” (1983), “la historia interminable” (1984), “Legend” (1985) o “Willow” (1988) pertenecen a esa época dorada del cine fantástico y demuestran que esos años fueron su época dorada. Y por supuesto también estaba “Dentro del laberinto” (1986), un cuento clásico de hadas que tenía como principal gancho el ver a David Bowie en uno de los personajes principales.
Volvamos atrás en el tiempo hasta 1986 y vayámonos al cine a ver “Dentro del laberinto”, ¿qué es lo que nos vamos a encontrar?. Pues un cuento clásico de hadas y fantasía. La película nos cuenta la historia de Sarah (Jennifer Connelly), una adolescente que disfruta leyendo sobre mundos de fantasía y jugando a que son realidad. Una tarde, Sarah está en el parque jugando a que está en su mundo de fantasía cuando se da cuenta de que llega con mucho retraso a casa para cuidar a su hermano pequeño, ya que sus padres se marchan. Sarah llega bastante tarde a casa y se lleva la típica bronca de sus padres y se queda sola con su hermano pequeño, al que tiene cuidar y al que culpa de todos sus males. Encima, su hermano no para de llorar, y ella, harta de él, empieza a pedir a los goblins de su mundo de fantasía que se lo lleven y que no vuelva nunca. Para su sorpresa y espanto, sus deseos se hacen realidad, y los goblins se llevan a su hermano pequeño al laberinto, hogar del rey de los goblins, Jareth (David Bowie). El mismísimo Jareth se presenta ante Sarah y le da una posibilidad de recuperar su hermano: tiene 13 horas para intentar llegar a su castillo, atravesando el laberinto, y así impedir que su hermano se convierta en un goblin. Con este argumento de base, en “Dentro del laberinto” se nos van presentando unas cuantas criaturas y personajes que acompañarán a sarah en la búsqueda de su hermano y en su intento por cruzar el laberinto. En su aventura, Sarah conocerá a Hoggle, un enano gruñón; a Ludo, una bestia enorme pero muy tierna; y mi favorito, Sir Dydimus, un zorro que se cree un caballero medieval y va a lomos de su corcel: un perro. Todos estos personajes y alguno más acompañarán a Sarah en su aventura de cruzar el laberinto y salvar a su hermano de ser convertido en un goblin por el rey Jareth.
Quizás lo más pesado de la película sean las canciones, ya que Bowie, en su papel de rey Jareth, aunque está bastante bien, adorna su actuación con unas cuantas canciones, de forma que “Dentro del laberinto” a veces es una especie de pseudo-musical fantasioso, y hombre, un par de canciones están bien, pero las 5 que nos meten entre pecho y espalda pues pueden llegar a hacerse pesadas, más que nada porque pertenecen a la época más edulcorada y tecnopop de Bowie (época de los discos Let´s dance y Tonight, por ejemplo). Aquí podeis ver el fragmento en el que Jareth, David Bowie, canta “Magic Dance”, una de las canciones de la banda sonora de “Dentro del laberinto”:
Para su época fue una apuesta arriesgada porque el estudio invirtió la friolera de unos 25 millones de dolares en esta película, pero tan solo recaudó unos 13 en USA, lo que no es comparable por ejemplo al éxito de, por ejemplo “La historia interminable” (que costó más o menos lo mismo y recaudó 4 veces su presupuesto a nivel mundial), una película de argumento y realización similar.
De todas formas, a mi me gusta más “Dentro del laberinto” y si no la habeis visto os recomiendo que lo hagais, porque lo que si os garantiza es un buen rato metido en un mundo de fantasía, con una historia mil veces contada pero no por ello menos interesante. Así que ya sabeis, a deshacer el laberinto.
“Dentro del laberinto” es, de las películas de fantasía de los 80, la que mejor combina los personajes reales con los “puppets”.
“Dentro del laberinto” utilizó una técnica muy habitual para la época: la fusión de muñecos y actores de carne y hueso para recrear un mundo de ilusión y fantasía. Cuando hablo de muñecos me refiero precisamente a eso, a muñecos, no a personas con trajes simulando ser criaturas, sino a muñecos (marionetas) que eran literalmente las criaturas. Los efectos digitales eran poco más que un sueño en aquella época. Y lo mejor es precisamente eso, la ambientación, las criaturas y el ambiente de magia que desprende “Dentro del laberinto”. La historia es casi lo de menos, porque es un pretexto para presentarnos a una serie de personajes bastante divertidos y entrañables. Y además ha aguantado bastante bien el paso del tiempo y no se ve para nada desfasada o caduca. Echadle un ojo al trailer y juzgad vosotros mismos:Quizás lo más pesado de la película sean las canciones, ya que Bowie, en su papel de rey Jareth, aunque está bastante bien, adorna su actuación con unas cuantas canciones, de forma que “Dentro del laberinto” a veces es una especie de pseudo-musical fantasioso, y hombre, un par de canciones están bien, pero las 5 que nos meten entre pecho y espalda pues pueden llegar a hacerse pesadas, más que nada porque pertenecen a la época más edulcorada y tecnopop de Bowie (época de los discos Let´s dance y Tonight, por ejemplo). Aquí podeis ver el fragmento en el que Jareth, David Bowie, canta “Magic Dance”, una de las canciones de la banda sonora de “Dentro del laberinto”:
Para su época fue una apuesta arriesgada porque el estudio invirtió la friolera de unos 25 millones de dolares en esta película, pero tan solo recaudó unos 13 en USA, lo que no es comparable por ejemplo al éxito de, por ejemplo “La historia interminable” (que costó más o menos lo mismo y recaudó 4 veces su presupuesto a nivel mundial), una película de argumento y realización similar.
De todas formas, a mi me gusta más “Dentro del laberinto” y si no la habeis visto os recomiendo que lo hagais, porque lo que si os garantiza es un buen rato metido en un mundo de fantasía, con una historia mil veces contada pero no por ello menos interesante. Así que ya sabeis, a deshacer el laberinto.
Articulando laberintos: